2006 · 08 · 22 • Secretariado de la LITCI (Liga Internacional de los Trabajadores - www.marxismo.info) - www.kaosenlared.net
Por la destrucción del "estado gendarme" de Israel
El carácter genocida de los feroces ataques del ejército israelí sobre Gaza, Cisjordania y El Líbano ponen a la orden del día la necesidad de realizar grandes movilizaciones unitarias en solidaridad con los pueblos palestino y libanés, por el fin da las atrocidades y por el inmediato retiro de las tropas.
No se trata, como quieren hacernos creer el imperialismo y los amigos del sionismo, de conflictos que nacen del "odio entre dos pueblos" y de su imposibilidad de "vivir en paz". Por su esencia, Israel sólo puede subsistir como un Estado racista, agresor militar permanente, represor y genocida.
El carácter genocida de los feroces ataques del ejército israelí sobre Gaza, Cisjordania y El Líbano ponen a la orden del día la necesidad de realizar grandes movilizaciones unitarias en solidaridad con los pueblos palestino y libanés, por el fin da las atrocidades y por el inmediato retiro de las tropas. En diversas ciudades del mundo, ya se están desarrollando actividades de este tipo y los militantes de la LIT-CI las impulsamos y participamos activamente de ellas.
Pero en este artículo queremos abordar un tema mucho más profundo que, seguramente dividirá aguas, entre quienes nos manifestamos en conjunto: la necesidad de destruir el Estado de Israel como condición para que haya paz en Palestina y Medio Oriente.
Esta y en anteriores ediciones de Correo Internacional (ver CI 116, febrero 2006), analizamos que el Estado de Israel fue fundado combinando dos características. Por un lado, se trata de un enclave colonial, es decir, es el resultado de la usurpación del territorio histórico palestino por parte de colonos judíos provenientes de diversas partes del mundo, utilizando esencialmente métodos terroristas de desalojo. Esta usurpación fue impulsada por las potencias imperialistas (Inglaterra primero, EE.UU. después) y la organización sionista mundial, y legalizada por la onU en 1947. Posteriormente, la usurpación se amplió a porciones aún mayores de territorio.
Por otro lado, este enclave colonial se transformó en un "estado gendarme" armado hasta los dientes, al servicio del imperialismo. Es decir, una verdadera "fortaleza" cuyo poderío militar está dirigido, en primer lugar, contra el pueblo palestino y, en segundo lugar, es una constante amenaza contra la lucha de los pueblos árabes. No es casual que Bush se refiera siempre a Israel como "su aliado estratégico" en Medio Oriente.
Este carácter del estado sionista (enclave colonial militar del imperialismo) es la fuente principal de la situación de conflicto militar permanente de Medio Oriente. No se trata, como quieren hacernos creer el imperialismo y los amigos del sionismo, de conflictos que nacen del "odio entre dos pueblos" y de su imposibilidad de "vivir en paz". Por su esencia, Israel sólo puede subsistir como un Estado racista, agresor militar permanente, represor y genocida. La actual agresión simultánea en Palestina y el Líbano son una clara muestra de esto. Hasta quienes defendían el derecho a la existencia de un Estado judío, como el argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980, afirman hoy que Israel es un "estado terrorista" (Clarín 14/7/2006).
Por una Palestina Laica Democrática y No Racista
Por estas mismas razones, reafirmamos que no podrá haber paz en Medio Oriente si no es destruido el Estado de Israel, como no podía haberla, por ejemplo, en Sudáfrica sin destruir al estado racista del apartheid o en Argelia, en la década de 1960, sin destruir el dominio colonial francés.
En las décadas de 1960 y 1970, la recientemente fundada Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que unificó a la mayoría de las organizaciones políticas de ese pueblo, levantó, de modo absolutamente correcto la necesidad de destruir el Estado de Israel para recuperar su territorio histórico y construir en él una Palestina, Laica, Democrática y No Racista. Allí podrían retornar los millones de refugiados y emigrados palestinos y en ella podrían permanecer todos los judíos que estuvieran dispuestos a convivir en paz, tal como, durante siglos, los judíos habían vivido en el mundo árabe. Esta consigna de la OLP se transformó en patrimonio común de la de la izquierda mundial.
La capitulación
Lamentablemente, Yaser Arafat y la dirección de la OLP abandonaron esta consigna en la década de 1980 para adoptar la propuesta de los "dos estados", es decir la aceptación de la existencia del Estado de Israel y la creación de un "mini estado palestino", inviable geográfica y económicamente. Las viejas direcciones nacionalistas burguesas árabes, como el nasserismo en Egipto, también pactaron con Israel.
Este abandono de su consigna fundacional por parte de la OLP fue seguido, también lamentablemente, por la mayoría de la izquierda mundial. Adoptaron de hecho las posiciones del "sionismo de izquierda" y, por esa vía, recapitularon a las propuestas del imperialismo europeo.
Por otro lado, esta capitulación de las corrientes árabes nacionalista laicas y de izquierda abrió el espacio para que las organizaciones fudamentalistas islámicas que mantenían el llamado a destruir a Israel y llamaban a luchar contra él, como Hamas o Hezbollah, ganaran peso de masas. Pero estas corrientes proponen que, una vez destruido Israel, se construya en Palestina un estado de carácter teocrático, lo que significa un claro retroceso con relación a la propuesta originaria de la OLP. Pero este retroceso no es culpa de las masas árabes sino de las corrientes "progresistas" y de izquierda que abandonaron esa lucha.
Una discusión concreta
La necesidad de destruir al Estado de Israel no es una discusión abstracta o teórica. Está planteada en la realidad y para la acción en la medida en que hay una guerra en curso y hay fuerzas militares combatiendo contra el ejército sionista y atacando las ciudades israelíes.
Las organizaciones de la izquierda mundial deben responder claramente a las siguientes preguntas. ¿Estamos o no a favor de que la guerra actual se desarrolle hasta derrotar completamente al ejército sionista y destruir el Estado de Israel? ¿Estamos o no a favor de que aumenten y sean cada vez más efectivas las acciones de Hezbollah, Hamas o la Yihad Islámica contra la población del enclave colonial israelí, como ahora ocurre con los bombardeos sobre Haifa? ¿Estamos a favor o no de exigir a los gobiernos árabes, cualquiera que sea su característica, que intervengan en esta guerra para facilitar la destrucción del Estado de Israel?
En nuestra opinión quienes respondan negativamente han dejado de ser revolucionarios para ser, en palabras de Lenin, "meros pacifistas pequeño burgueses". Por nuestra parte, reiteramos nuestra respuesta positiva: estamos junto a las masas palestinas, libanesas y árabes por la destrucción del Estado de Israel. Sin embargo, a diferencia de las corrientes fundamentalistas islámicas, lo hacemos desde la perspectiva de la consigna fundacional de la OLP: una Palestina, Laica, Democrática y No Racista.
Secretariado de la LITCI (Liga Internacional de los Trabajadores - www.marxismo.info) - www.kaosenlared.net