2015 · 08 · 27 • Fuente: Jose Ángel González, 20 Minutos - España

Gaza, la cárcel más grande del planeta, y la arquitectura del asedio

La construcción de la violencia brota también con la arquitectura material de la dominación. A veces es el diseño urbano el que define y, desde luego, sistematiza, la violencia y la coacción.

Control militar israelí en la ciudad vieja de Hebrón-Cisjordania (Foto: Aljazeera)

Sobre esta premisa —mire usted el paisaje de la ciudad que habita y extraiga conclusiones: vallas, paredes, cámaras de vigilancia, señales luminosas, adminículos añadidos al pavimento para restringir la velocidad, líneas pintadas sobre el suelo, provocadores mensajes coactivos, otros que fomentan la delación y la vigilancia desconfiada contra el vecino…—, nace una revista, The Funambulist, dedicada a la política del espacio y el cuerpo.

El número uno ya está a la venta en papel (12 euros) y en versión digital (6 en un archivo descargable en formato PDF). Es bilíngüe inglés-francés y algunos de los contenidos son de acceso gratuito en el blog de la publicación —embrión, desde hace cinco años, de la idea que ahora se reconvierte— y en Archipelago, el podcast asociado.

Tras la valiente empresa de hacernos reflexionar —verbo digno de medalla al mérito cívico en este tiempo de necedad— está Léopold Lambert, un arquitecto-agitador que en 2012 escribió el ensayo Weaponized Architecture. The Impossibility of Innocence (Arquitectura en armas, la imposibilidad de la inocencia). Copio un resumen de la pretensión del libro:

Un examen de la instrumentalización de la arquitectura como arma política (…) El proyecto propuesto dramatiza, a través de su arquitectura, la desobediencia palestina a la legislación colonial impuesta en su territorio legal. De hecho, el Estado de Israel es el ejecutor de aparatos coloniales, territoriales y arquitectónicos, que actúan directamente sobre la vida cotidiana de los palestinos.

Portada del primer número de 'The Funambulist'

Portada del primer número de ‘The Funambulist’

Con ambición de convertirse en una publicación bimestral y actuar como un puente entre los mundos del diseño (arquitectura, urbanismo, industrial y diseño de moda) y el de las humanidades (filosofía, antropología, historia, geografía), The Funambulist dedica el primer número a cinco “ciudades militarizadas”: Beirut, El Cairo, Lahore, Oakland y Jerusalén, lugares donde “los muros y otras construcciones son ejemplos del poder de la arquitectura para organizar el cuerpo en el espacio”.

En este viaje por la distopia de lo real —no hace falta asomarse al parquecito de Banksy para experimentar la frustración del ser humano confuso e hipercontrolado— los colaboradores de la revista exploran y analizan los sistemas de vigilancia de Beirut, que han creado una burbuja urbana para los acomodados; la aplicación urbana de las directrices paranoides de la guerra contra el terrorismo, que ha reducido la movilidad ciudadana en una ciudad tan vital como Lahore —que no es más segura que antes, sino más amenazante—, y el californiano caso de Oakland, convertido en un reino de taifas de empresas privadas de seguridad.

El diseño gráfico llega con ironía de la mano de Nora Akawi, que plantea en un póster la fantasía sionista de una tierra franquiciada de promisión y belleza para los elegidos, que implica, por supuesto, la eliminación de cualquier tipo de presencia palestina.

El Israel con el que sueñan los sinonistas. Póster de  Nora Akawi para 'The Funambulist'

El Israel con el que sueñan los sinonistas. Póster de Nora Akawi para ‘The Funambulist’

Mapas de  Léopold Lambert

Mapas de Léopold Lambert

Hondamente comprometido con la causa Palestina, el editor de The Funambulist gusta del mapeo —disculpen el palabro— para fundamentar tesis y comprobarlas mediante la inequívoca verdad que revela el terreno visto desde un punto cenital.

El mapa de arriba, publicado en julio de 2014, representa cartográficamente la infraestructura de la Franja de Gaza y la “violencia excepcional” impuesta a sus habitantes, 1,65 millones de personas, a medida que el cerco militar de Israel se ha intensificado. “Los mapas no ahorrarán ninguna vida”, dice Lambert, pero quizá demuestren que es válido llamar al territorio atacado “la prisión más grande del planeta”

El mapa señala que no sólo los frecuentes ataques de drones o aviones F-16 del Ejército de Israel son actos de guerra que pueden estudiarse mediante la ciencia de la arquitectura forense. También lo son los apagones, los cortes o la falta de agua, el desempleo, la restricción de movimiento que sufren los habitantes por el cerco inhumano de sus poderosos vecinos.

El mapa inferior, publicado en 2012 durante la Operación Pilar Defensivo —culminada con la relación aritmética de siempre: 6 israelíes muertos frente a 170 palestinos—, copia el terrreno y las condiciones del asedio a Gaza y los coloca sobre una superficie idéntica de la península de Manhattan.

Fuente: Jose Ángel González, 20 Minutos - España